El Alcuiz, una criatura infernal en Colima

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Si bien gran parte de las leyendas mexicanas encuentran su origen en la Colonia, la mayoría nacen desde mucho antes, en épocas prehispánicas, y se adoptan al contexto católico-cristiano. Un buen ejemplo de ello es “el alcuiz”, un animal similar a un perro negro, que solía atormentar a los habitantes de Colima. Porque no: no era en absoluto benigno.

Similar a la leyenda del Ahuízotl, la historia del Alcuiz ha inspirado incluso obras de teatro. Por eso, el día de hoy te la narramos. ¡Quédate para conocerla!

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El mal oculto en los bosques

Dicen que el Alcuiz es un perro negro, muy grande y de pelaje hirsuto, por lo que tan solo su apariencia basta para aterrorizar a quien se lo encuentra. Habita entre los bosques y las montañas del estado colimense, que son su hogar; y como todo animal, es muy celoso de su territorio. ¡Pobre de aquel que se atreva a irrumpir en él! Pues lo que le espera es el peor de los destinos.

Las versiones más terroríficas nos narran que, de noche, el Alcuiz bajaba a los pueblos en busca de presas para devorar. Si por desgracia alguien lo encontraba en la oscuridad, esta persona no sería vista nunca más. Su paradero representaba un auténtico misterio, pero se cree que la bestia arrastraba a sus víctimas a una guarida en el monte. ¿Te imaginas el horror que sentían?

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A decir verdad, el Alcuiz no era un animal cualquiera, pues un halo maligno lo rodeaba; podías notarlo en el abismo de sus ojos. Si acaso la pobre presa lograba escapar de sus garras a causa de un milagro, el simple hecho de haberse encontrado frente a frente con él, ya significaba un augurio fatal. Después del incidente, las personas sufrían una enfermedad desconocida, de fiebre, alucinaciones y vómito; para ellos no había cura alguna, por lo que finalmente fallecían.

Muchos habitantes de la región comenzaron a sufrir, e incluso a morir a causa del animal, por lo que el pueblo terminó por hartarse de tanto dolor y maldad; así que, un día, decidieron ir a cazarlo. Lo buscaron en sus tierras con mucha fuerza de voluntad y coraje, por lo que pronto le hallaron, entre todos consiguieron atarlo, golpearlo y trasladarlo hacia la iglesia.

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Allí, el sacerdote lo bañó con agua bendita y rezó para que el demonio abandonara el cuerpo del perrito, y los dejara de atormentar a todos. Sin embargo, enfurecido, el Alcuiz logró romper sus ataduras y huir de allí.

Cuenta la leyenda que, después de aquella noche, la bestia se escondió en su guarida secreta entre los bosques de Colima. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, hay quienes aseguran que aún permanece acechando a quienes se atreven a adelantarse a sus tierras, listo para atacar. Qué miedo ¿no?

¿Qué opinas acerca de esta leyenda? ¿Conoces otra similar? ¿Habías escuchado hablar acerca de ella? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!

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