No hay nada más escalofriante –y chistoso– en México, que escuchar a alguien afirmar con gran elocuencia que “a fulano se lo chupó la bruja”. Pero, a ver ¿te has detenido a pensar a qué se refiere? ¿Cómo está eso? Podría ser “chupar” de chupar mezcalito, o “chupar” del “otro” chupar, o “chupar” como los vampiros… que a fin de cuentas este último viene siendo un híbrido de los dos anteriores. Incluso llegamos a decir que, cuando algo se cae, “ya se lo chupó el diablo”, pero hay que saber distinguir entre una expresión y otra.
Respecto a la primera, que nos atañe el día de hoy, te contamos que posiblemente se origine en las leyendas prehispánicas de Tlaxcala. De hecho, en todo México existen historias acerca de brujas que salen de noche en busca de víctimas para beber su sangre; no obstante, la raíz de todo esto se encuentra en las criaturas llamadas “tlaltepuchi”, “tlahuelpuchi” o “sahumador luminoso” en náhuatl.
¿Te gustaría saber cómo es este híbrido en las creencias nahuas de Tlaxcala? ¡Quédate para descubrirlo!
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Las tlahuelpuchi, que en su mayoría son entes femeninos, aparentan ser personas normales. Sin embargo, los dioses les otorgaron un don –o quizás las castigaron mediante su naturaleza–, que muchas aprovechan para dañar a los demás. Nacieron con el poder de convertirse en animales, en la niebla nocturna o en luces oscilantes, tal como lo hace un nahual. Sin embargo, existen dos diferencias primordiales entre unos y otros: las tlahuelpuchi se alimentan de sangre humana o animal, y los nahuales comen como cualquiera; las primeras traen esta condición desde nacimiento, mientras que los otros aprenden su arte.
Ambos son fascinantes, pero lo que llama la atención de las tahuelpuchi, es su relación con los vampiros.
Verás, ellas descubren su condición después de menstruar por primera vez, y con el paso del tiempo, pueden llegar a dominar la técnica de convertirse en animales u otros elementos. Algunas leyendas cuentan que, una vez adquirida la forma deseada, de ellas se desprende una gran luminosidad… ¿te suenan esos testimonios que aseguran ver bolas de fuego ir y venir en los cerros? Bueno, se relacionan profundamente con esta leyenda.
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La parte tenebrosa de esta leyenda radica en un detalle: las tlahuelpuchi prefieren alimentarse con sangre de bebés y niños muy pequeños, a quienes acechan en forma de buitre o guajolote. No obstante, si la situación lo amerita, mutarán a neblina para filtrarse por puertas y ventanas, sobre todo en las noches más heladas y lluviosas. Sus apariciones ocurren entre la medianoche y las cuatro de la mañana, por lo que los mitos advierten de cuidarse más a esas horas.
Algunas versiones aseguran que estas criaturas utilizan poderes hipnóticos para dormir o volver más pesado el sueño de los habitantes de la casa, y así evitar que despierten. De esta forma, las tlahuelpuchi retornan a su forma de mujer, chupan al bebé y huyen pronto de la casa en la oscuridad. Cuando los padres del niño despiertan, descubren los terribles moretones sobre el pecho, la espalda y el cuello del pequeño, ya sin vida.
Para ahuyentar a esta especie de vampiro, los tlaxcaltecas recomiendan colocar debajo de la cuna una cajita de agujas, un cuchillo, alfileres, un trozo de metal brillante o unas tijeras abiertas, pues las tlahuelpuchi odian el metal. Otros talismanes de protección son un espejo cerca de la puerta, una cubeta de agua, o envolver dientes de ajo en una tortilla y colocarla sobre el pecho del bebé. Muchas de ellas se asemejan a los métodos europeos para defenderse de vampiros ¿verdad?
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La leyenda de las tlahuelpuchi puede ser enervante, pero, en realidad, los nahuas no consideraban que fuesen entidades malignas. Esta concepción parte del mestizaje cultural, al involucrar ideas del folklore europeo y creencias judeocristianas: las brujas prefieren a los recién nacidos que no han sido bautizados para ofrecer su alma al diablo y beberse su sangre. Terrible ¿verdad? Bueno, de esta forma, los padres consideraban urgente y necesario el primer sacramento.
Por otra parte, algunos estudiosos atribuyen el nacimiento de esta leyenda en los pueblos indígenas de Tlaxcala, como una forma de explicar las muertes de cuna o por accidente.
Como haya sido, no podemos negar la riqueza de nuestras historias, así como lo fascinantes que pueden llegar a ser aun en nuestros días. ¿Conocías a estas criaturas? ¿Has escuchado hablar sobre ellas? ¿Qué piensas tú: son brujas o vampiras? ¿La frase “se lo chupó la bruja” tiene más sentido para ti? Cuéntanos qué piensas en la sección de comentarios.
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