“¡Lo agarraron como al Tigre de Santa Julia!” ¿Quién fue realmente este personaje?

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De seguro has escuchado la frase “lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”; se usa en situaciones usualmente graciosas, relacionadas con… bueno, ya sabes, el baño y la principal actividad que se lleva a cabo en él. Se comprende ¿verdad?

En fin, que, aunque la usamos a menudo, pocos saben quién fue en realidad este personaje y qué hizo para trascender en la historia de México. Vivió durante el Porfiriato, su nombre verdadero fue Jesús Negrete y, según la leyenda, robaba a los ricos para ayudar a los pobres, llegando a ser conocido como el “Robin Hood mexicano”.

Sin embargo, por desgracia esta no es la razón principal por la que El Tigre de Santa Julia llama tanto la atención. ¡Descubre aquí los detalles!

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Un escapista privilegiado

José de Jesús Negrete Medina era un hombre muy habilidoso y escurridizo, por lo que en sus principios fungió como soldado, e incluso sargento en el Tercer Batallón de Artillería. Sin embargo, esto terminó pronto, pues decidió mudarse desde su natal Guanajuato a la Ciudad de México, donde se convirtió en el líder de una banda de asaltantes, que se distinguía por la constancia y la violencia de sus atracos.

Los delitos de Jesús Negrete siempre estuvieron encaminados hacia cuestiones monetarias; se dice que gran parte de su botín era siempre repartido entre los más necesitados. No obstante, lo más curioso de todo esto, era cómo lograba escapar de la justicia sin importar qué tan acorralado se encontrase: así fue como nació la leyenda de “El Tigre de Santa Julia”.

No sólo era un escapista profesional. En realidad, fue llevado al tribunal cinco veces, solicitándose en cada una de ellas la pena de muerte, pero su abogado Justo San Pedro lo rescató siempre. Para 1906, el gobierno ya estaba harto de sus burlas y conflictos; tan solo en el último tiroteo, había asesinado a dos policías para escapar.

Así, las autoridades idearon un plan para acabar con él de una vez por todas. Irían por una de sus debilidades más marcadas: tenía la fama de ser muy enamoradizo.

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Lo agarraron como… a él mismo

Al parecer, uno de los oficiales tenía amoríos con la novia del "Tigre", y así supieron que estaba en su casa. La leyenda dice que el ladrón había comido mole con pulque, por lo que fue a hacer sus necesidades en varias ocasiones. Para la última, los policías se adentraron al inmueble, pero al no hallarlo en ninguna parte, salieron al patio… y allí estaba él, sentado en cuclillas, con los calzones abajo en una nopalera. ¡Solo así pudieron capturarlo!

La noticia voló: no solo era una gran hazaña, sino que la forma en que lo habían detenido resultó ser sencillamente infame. De los encabezados en los periódicos surgió la icónica frase “lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”. El criminal fue trasladado a la cárcel de Belén, y la mañana del 22 de diciembre de 1910 lo fusilaron… con tan solo 37 años de edad.

Lo sepultaron en el panteón de Dolores Hidalgo en Guanajuato, pero para 1931 su cráneo fue exhumado para ser estudiado, y hoy en día puedes verlo en el Centro Cultural Isidro Fabela, en la CDMX. Qué loco ¿no? ¿Conocías bien su historia? ¿Te sabes otra versión u otros detalles? ¡No dudes en compartirlos con nosotros en la sección de comentarios! Te estaremos leyendo.

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Casa del Tigre



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