Terror queretano: La tétrica historia de Don Bartolo

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No cabe duda: Querétaro es una ciudad preciosa y muy antigua, por lo que posee una riqueza histórica incomparable. Recorrer sus calles es una travesía llena de color y leyendas que aún se narran de generación en generación. Una de las más famosas se sitúa en una hermosa casona edificada en el siglo XVII, que pareciera como cualquier otra sobre la Avenida Luis Pasteur Sur; sin embargo, el número 21, mejor conocida como la casa de Don Bartolo, oculta tétricos secretos que te narraremos a continuación.

¡Quédate para descubrir parte de la tradición oral queretana!

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Un buen cristiano

Situada en la Nueva España, cuando había virreyes y carretas jaladas por caballos alrededor del siglo XVII, vivió un hombre llamado Bartolomé Sardaneta. El segoviano habitaba en esta bella casona construida especialmente para él, a unos pasos de lo que hoy es el Palacio de Gobierno, junto con su hermana. Su vida transcurría de manera lujosa, despilfarraba cuanto quería, y se distinguía por mostrar una apariencia siempre joven y de gran apostura.

Sin embargo, como te habrás de imaginar, nunca faltan los chismes y habladurías.

Las malas lenguas hablaban muchas cosas. Unos decían que Don Bartolo no era más que un vil usurero sin ningún tipo de escrúpulo ni remordimiento, y que solo despojando a terceros a través de intereses altísimos podía mantener ese modo de vida. Por otra parte, debido a su temple hermético e inusual, la gente llegó a sospechar también que mantenía relaciones pecaminosas con su hermana, aunque esto nunca se comprobó.

Otros más lo defendían y creían que era sólo un hombre incomprendido, pues cada domingo asistía devotamente a misa y… en fin, un buen cristiano no puede ocultar ningún tipo de negocio sucio ¿verdad? Como haya sido, algo era cierto: día con día, su fortuna crecía de forma desbocada, en oro, terrenos, casas y negocios.

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20 de mayo de 1701

La leyenda nos cuenta que cada cumpleaños, Don Bartolo lo celebraba en grande. Organizaba fiestas con banquetes exquisitos, música, extravagancias, e invitaba a las personas más importantes de Querétaro, incluida la nobleza.

Sin embargo, había algo extraño en todo esto. En cada ocasión, durante el único brindis que realizaba, repetía las mismas palabras: “Brindo por la señora de mi hermana, por mi alma y por el 20 de mayo de 1701”. La gente se preguntaba el significado de aquella fecha, que entonces parecía muy alejada; sin embargo, él evadía dar explicaciones cuando alguien inquiría, por lo que dejaron de prestarle demasiada atención… hasta que el día llegó.

En la oscuridad de la medianoche, justo cuando las campanadas del reloj terminaron de sonar, el estruendo de una gran detonación despertó a todos los vecinos. Preocupados, se asomaron por la ventana y admiraron una atmósfera muy extraña, como si hubiese un tono rojizo, algo siniestro en el cielo. Al parecer, el escándalo había ocurrido en la casa de Don Bartolo, pero nadie se atrevió a salir hasta el día siguiente.

Usualmente había mucho movimiento en la casona desde temprano, pero aquella mañana parecía deshabitaba. Las autoridades llegaron para asegurarse de que todo marchaba bien… pero el silencio muerto los preocupó a todos. La policía se adentró y, al ingresar a la habitación de Don Bartolo, todos se horrorizaron ante la espantosa escena.

Cuenta la leyenda que la hermana de Don Bartolo se hallaba tirada sin vida en el suelo, aparentemente asesinada por él, con un pánico indescriptible en el rostro. Por su parte, el cuerpo del hombre también yacía allí, adherido al techo de la habitación, totalmente quemado; era casi una sombra negra, carbonizada, de quien alguna vez había sido el segoviano.

Conmocionados, nadie comprendía la situación, pero cuando la policía investigó respuestas dentro de la casa, encontró una especie de contrato maldito. Era el vestigio de sus tratos con el Diablo: allí, él le otorgaba su alma en la fecha ya mencionada, a cambio de grandes riquezas. Ante las terribles circunstancias –y que Don Bartolo seguía pegado al techo–, cuentan que se llevó a cabo un exorcismo que, cuando terminó, el cuerpo al fin pudo descender al suelo.

Esta casa permaneció deshabitada por muchísimo tiempo, porque la gente aseguraba escuchar lamentos y ver sombras en ella. ¿Tú qué piensas al respecto? ¿Conoces esta casona en Querétaro? ¿Te sabías su leyenda? Cuéntanos tus opiniones en la sección de comentarios, estaremos contentos de leerte.

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