EL NIÑO QUE HABLÓ A LOS 4 DÍAS DE NACIDO: una inquietante leyenda de Durango
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México es un país muy rico en leyendas. A lo largo de la República encontraremos narraciones espeluznantes de fantasmas, monstruos y aparecidos, unas más conocidas que otras, pero ninguna como la que te mostramos hoy. Pues bien, hace muchos años nació en Durango una extraña leyenda que perdura a través del tiempo, generando curiosidad en todo aquel que la escucha.
Tal como la Mulata de Córdoba, la leyenda del Niño Viejo resulta inquietante porque existen registros oficiales que dan fe de lo ocurrido. Por más sorprendente que suene, la historia nos habla acerca de un bebé que habló como si de un adulto se tratara, a los cuatro días de nacido. ¡Quédate para saber más al respecto!
Un evento fuera de lo común
Corría el año de 1813, en Santiago Papasquiaro, Durango. Entonces una niña de apenas siete años cuidaba a su hermanito recién nacido, cuando de repente gritó horrorizada. Corrió en busca de su mamá, y le dijo que el bebé había hablado con toda claridad, por lo que no quería regresar con él. Había dicho, con una vocecita extraña: “No des tan recio a la cuna porque me duele la cabeza”.
Al escuchar la historia, la madre, sin creerlo, hizo un esfuerzo y acudió con la niña al cuarto del recién nacido para demostrarle que aquello había sido solo producto de su imaginación, y que todo estaba bien. Se sentó para mecer la cuna, pero pronto se llevó una terrible sorpresa, al escuchar ella misma cómo el bebé hablaba. Le dijo lo mismo, con insistencia: “No des tan recio a la cuna porque me duele la cabeza”.
Llena de miedo, incapaz de comprender la situación, la madre fue por el cura del pueblo para que le ayudara a brindarle una explicación coherente. ¡El niño aún no cumplía ni la primera semana de nacido! Nadie le creía, ni daba cuenta del extraño comportamiento, y mucho menos cuando la criatura volvió a hablar ante el sacerdote. Pronunció casi con molestia: “Señor cura, me duele la cabeza, no mezca la cuna, ni tampoco que la mezca el alcalde ni nadie”. El religioso, por supuesto, también se espantó.
Todos en Santiago Papasquiaro se enteraron de lo que ocurría, tanto así, que el alcalde y el juez de la región acudieron a la casa con el fin de investigar si se trataba de un engaño. Sacaron al bebé de su cuna, lo revisaron para comprobar su verdadera edad o descubrir cualquier truco debajo de su ropa, pero no encontraron nada.
Tristemente, por temor a que se tratara de un ser maligno que trajera la desgracia al pueblo, determinaron degollarlo. Y mientras lo conversaban, él replicó: “Degollaron al cura Hidalgo que era más inocente que yo, y no será mucho que conmigo hagan lo mismo”. Esta última frase heló la sangre de todos los que lo oyeron.
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¿Qué pasó con el niño viejo?
Se sabe gracias al expediente que, luego de esto, el alcalde de Santiago Papasquiaro y el juez notificaron del caso al gobernador del estado de Durango. Fueron firmados por José Antonio Berúmen y José del Clemente Díaz, de acuerdo con el cronista finado Everardo Gamiz Olivas.
Sobre el destino del “niño viejo”, sigue siendo un misterio. Algunas versiones sugieren que, debido a la ignorancia de la época, el bebé pudo haber sido degollado en verdad, lo que justificaría que el expediente quedara inconcluso. Sin embargo, otros relatos mencionan que también platicó algunos pasajes de la Independencia de México, por lo que las personas creyeron se trataba de un alma reencarnada. La última versión afirma que, luego de un tiempo, fue mandado a asesinar por órdenes de las mismas autoridades del poblado.
¿Qué piensas tú al respecto? ¿La historia te pareció inquietante? ¿Ya la conocías? ¿Te sabes otra versión? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!
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