ENTRE BRUJO Y ANIMAL: el mito siniestro del nahual

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Seguramente has escuchado hablar en tu localidad sobre el hallazgo o el avistamiento de un nahual, ya sea vivo o muerto. Después de todo, se trata de una de las criaturas míticas más importantes de nuestro país; sin importar la zona, genera horror y espeluznantes pesadillas en quienes llegan a cruzarse en su camino o tan sólo escuchan sus relatos de noche. De hecho, se dice que México cuenta con una gran tradición de chamanes, hechiceros, curanderos y nahuales. Su leyenda tiene muchas partes oscuras, perdidas en el pasado y entre diversos detalles, pues difiere muchísimo dependiendo de la región donde se cuente.

Sin embargo, encontrándonos cada vez más próximos al Día de Muertos, queremos hacer un recuento sobre estos hombres medio animales y su lugar, tanto en esta magnífica celebración, como en nuestra cultura general; mira que en algo se relaciona con los alebrijes. ¡Te contamos todo aquí abajo!

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Ocultos en otras pieles

Su nombre en náhuatl, “nahualli”, ha sido traducido de muchas formas: “lo que es mi vestidura o piel”, “oculto”, “disfraz”, “engañar” y “esconder”, entre otros. La idea principal radica en que son criaturas mezcladas entre nosotros, difíciles de identificar, mentirosas y bastante escurridizas; peligroso ¿no crees?

Para los pueblos prehispánicos, el nahualli era uno de los hechiceros llamados “tla tlacatecolotl”, u hombres búhos, por lo que sólo aparecía de noche. Sin embargo, la mayoría coincide en que ellos poseen la capacidad de transformarse en muchos otros animales, como lobos, águilas, jaguares, coyotes, caballos, zopilotes, ranas, ajolotes, burros o guajolotes, aunque todos con un aspecto tenebroso y de malicia. Después de todo, su objetivo es actuar causando daño al prójimo en forma de animal.

Si lo piensas a fondo, un engendro hombre-animal da miedo ¿o no?

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Sobrenatural desde la cuna

Sus orígenes son inciertos, pero todo apunta a que radican en la mitología prehispánica. Desde su perspectiva, un nahual es el espíritu guardián de cada persona; algo como el tótem para los pueblos indígenas de América del Norte. Se cree que, al nacer, los humanos poseemos uno de estos espíritus animales que nos protegerán y guiarán a lo largo de nuestra vida. El vínculo puede llegar a ser tan fuerte, que se convierten en almas gemelas o en uno mismo, hasta el punto de no poder vivir separados.

Según la leyenda, para desarrollar un nahual, la madre que da a luz debe llevar al campo a su bebé y dejarlo expuesto en un lugar solitario, sin perderlo de vista. El primer animal que se le acerque se convertirá en su nahual y el niño obtendrá alguna habilidad suya; si el vínculo crece, incluso podrá transformarse en él y regresar a su forma humana a voluntad. Las madres realizaban este ritual con la intención de que su hijo fuese protegido, así como de brindarle una habilidad especial, llámese vista de águila, olfato de lobo, oído de ocelote, y todos los que se te puedan ocurrir.

Hasta aquí todo suena bonito y hasta dan ganas de tener un nahual. Sin embargo, con el paso del tiempo –y con el sincretismo siempre metiendo las narices–, esta leyenda fue tomando tintes oscuros.

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Crueles y satánicos, hijos de Tezcatlipoca

Con la llegada de los españoles, éstos coincidieron en que los nahuales sólo podían transformarse durante la noche, por lo que reaccionaron con horror y comenzaron a propagar los rumores de que atacaban a sus hijos con hechizos infernales. Desde entonces, cazadores contaban que habían matado a un animal bajo el manto nocturno y que, llegado el amanecer, el cadáver había metamorfoseado en el de un hombre. Otros comentaban que habían lastimado al nahual mientras habitaba en su forma animal, por lo que al volverse humano conservaría la herida en la misma zona, y así podrían identificarlo.

De hecho, había muchas formas de desenmascararlos. En la región de los Tuxtlas, por ejemplo, predominaba la creencia de que, si alguien observaba que un ave negra se posaba en su ventana varios días consecutivos, podía adivinar que se trataba de un nahual en busca del mal para uno de los habitantes de la casa. Terrorífico ¿no crees? Debido a todas estas habladurías, la Santa Inquisición persiguió a los nahuales durante mucho tiempo; pero el pueblo creía en su poder –después de todo, eran protegidos de Tezcatlipoca, el Señor de la Noche–, por lo que en ocasiones los resguardaban, sobre todo en comunidades indígenas.

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Las metamorfosis del brujo

Pero ¿te has preguntado cómo ocurre esa mutación de hombre a animal y viceversa? Existen varias versiones. La primera menciona que el brujo simplemente desaparece y encarna en un animal a voluntad; algo como irse en un viaje astral, y en el proceso incorporar su conciencia al cuerpo de un animal ya existente. La segunda posibilidad consiste en que el chamán se “fragmente”, para lo cual se desprende una parte de su cuerpo deliberadamente y la reemplaza con la del animal; pueden ser ojos, piernas, un brazo o intestinos. Así, si se desea acabar con el nahual, la mejor forma de hacerlo es seguirle y observar dónde realiza su transformación para robarle la parte del cuerpo que se desprendió. Entonces no podrá volver a su forma original y eventualmente morirá con el sol.

La tercera forma, similar a la primera, sugiere que el brujo entra en trance desde su sitio, mientras su espíritu vaga en forma de animal; ojo, que para evitar que alguien toque su cuerpo dormido, el nahual dará siete volteretas. La última versión, nuestra favorita, narra que los elegidos recitaban invocaciones nocturnas a la luz de una hoguera; después la apagaban y se revolcaban en las cenizas. Una vez eran iluminados bajo la luna llena, se cubrían con la piel de aquel animal en que buscaban transformarse. Una imagen de profunda belleza, incluso si es oscura.

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Los nahuales y el Día de Muertos

Dicen que estos seres son más visibles durante las celebraciones a nuestros difuntos, y que por ello la gente debe tener cuidado de los animales que se cruzan en su camino, pues alguno podría ser el nahual de alguien vivo o muerto que aún permanece ligado a su compañero y que regresa a su lado. Éste sería un espíritu dedicado a atormentar a las almas que viajan hacia su altar en el Día de Muertos, pues pertenecieron a personas que cometieron atrocidades en vida; ellos rondan con un hambre y una sed imposibles de saciar.

Por eso, es recomendable proteger las ofrendas con un alebrije, o un xoloitzcuintle, el perro guardián por excelencia de los más pequeños y de los ancianos, para que sus almas lleguen a su destino sanas y salvas. Pero sobre este perrito hablaremos la próxima ocasión.

¿Qué opinas sobre la leyenda del nahual? ¿Conocías todos estos detalles fascinantes en torno a su figura? ¿Sospechas de uno a tu alrededor? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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Héctor Bustamante.



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