Alas, ¿para qué las quiero? Si tengo pies para correr

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¿Te consideras un corredor lo suficientemente resistente? ¿Siempre logras alcanzar al señor de los elotes sin importar las circunstancias, y no tienes idea de qué se siente ver a tu camión abandonándote a la lejanía? Entonces el Ultramaratón de los Cañones es un evento que podría interesarte, aunque, ojo: si lo que deseas es ganar el premio mayor, tendrás que entrenar muy bien, porque algunos de tus contrincantes se han hecho llamar “corredores a pie” durante siglos. ¿Ya sabes a quiénes nos referimos?

La competencia incluye participantes rarámuris, mejor conocidos como tarahumaras, que legendariamente han recorrido estos barrancos a pie. Se trata de una carrera única en su tipo, ya que representa un reto físico y mental al internarse en la Reina de las Barrancas, La Sinforosa, y andar poco más de 35 km con un desnivel de 1,450 msnm.

Si estás leyendo esto, es muy probable que no hayas podido participar. Sin embargo, no te nos agüites, que aquí te contamos –tal vez desde la comodidad de tu cama o sillón– un poco más acerca de este pueblo y por qué nunca debemos subestimarlo, incluso más allá de las carreras.

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La herencia en los pies

Mejor conocidos como tarahumaras, los rarámuris coinciden en una fisonomía labrada especialmente de cobre, para recibir desde pequeños una herencia magnífica: la de correr. Suelen ser altos, delgados, de piel gruesa y morena; sus brazos y piernas son largos, acostumbrados al sol; casi siempre tienen cuerpos atléticos. En Las Barrancas del Cobre habitan sus pasos sigilosos, que pastorean entre las montañas rebaños de chivas, cabras u ovejas; en ocasiones, corren muchos kilómetros al día, peligrando al borde de los riscos. Pero poco importa, porque son demasiado ágiles. Viven del maíz y del frijol que cultivan y, en su tiempo libre… continúan corriendo.

En ocasiones organizan carreras de bola, un juego en el que conviven hombres y mujeres, desde niños hasta adultos mayores. Consiste en patear una pelota dura hecha de madera, y ver quién la alcanza primero. Sin importar el resultado, ganadores y vencidos comparten un banquete al final. Qué manera tan linda de celebrar la vida ¿verdad?

Los tarahumaras, desde que son niños, aprenden a desplazarse a pie, y llegan a todos lados caminando o corriendo. Para ellos es un medio de sobrevivencia, incluso algunos pequeños llegan a recorrer largos senderos, por varias horas, para ir a la escuela o al pueblo o simplemente ayudando a cargar a los hermanos más pequeños. De alguna forma, los rarámuris han respondido siempre a los ataques y a las adversidades corriendo más lejos y más rápido que cualquiera.

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¡¿Y aun así perdieron en las Olimpiadas?!

Sí, justo como lo lees. Resulta que, con justa razón, se pensaba que estos atletas súper admirables podrían triunfar en las Olimpiadas, representando a México en el maratón. En 1928, en Ámsterdam, participaron dos corredores tarahumaras en una competencia de 42 kilómetros, pero para la sorpresa de todos los espectadores, no sólo no ganaron, ¡sino que quedaron en los lugares 32 y 35! Porque la rapidez no es su fuerte, sino la resistencia; así, al llegar a la meta, ambos exclamaron que había sido muy corto… ¿puedes creerlo?

Ahora ya lo sabes, que estos 8, 9 y 10 de julio de 2022, se celebrará el Ultramaratón de los Cañones. ¡Pero no te confíes! Que sólo ellos pueden correr en espacios tan prolongados usando huaraches y, en el caso de las mujeres, falda o vestido. ¿Tú qué opinas?   

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