Voladores de Papantla: el increíble rito de los hombres pájaro

Seguramente conoces el antiguo rito mexicano de los Voladores de Papantla; si no lo has presenciado en persona, entonces habrás visto fotos o videos. ¡Y no es para menos, tratándose de un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad declarado por la UNESCO! En él, un sacerdote y cuatro voladores escalan un poste de 30 metros de altura, y se amarran con cuerdas para lanzarse al vacío, generando el asombro de todo aquel que presencia la escena.

A pesar de su antigüedad, esta ceremonia aún se practica a lo largo y ancho del país, especialmente en su lugar de origen, el Pueblo Mágico de Papantla en Veracruz, pero también en estados como Hidalgo o Puebla. Representa uno de los atractivos más importantes de México, pero ¿sabes qué simboliza? ¿Conoces el objetivo de este ritual? Si no, ¡aquí te lo contamos!

Sobre la importancia de los Voladores en México

Las danzas prehispánicas son unas de las demostraciones que más admiración causan en México, debido a su misterio y belleza, aunado a la indumentaria de quienes las ejecutan y el colorido que las enmarca. Por desgracia, con el paso del tiempo, los principios fundamentales de estos ritos ancestrales han sufrido modificaciones que ponen en peligro su práctica futura. La Danza de los Voladores, por ejemplo, es aplaudida por muchos, pero comprendida por pocos, pues en ocasiones se le considera una simple muestra de valor, debido al desconocimiento de su origen y significado.

Los llamados “hombres pájaro” se originan en la ciudad de Papantla en el estado de Veracruz, donde abunda un exquisito olor a vainilla. Al recorrer las calles, su plaza o la iglesia, verás que los Voladores se encuentran plasmados en un impresionante mural de piedra, en los azulejos de las bancas, e incluso en pequeñas artesanías. Sin embargo, el gran monumento de 18 m erigido en la cima del Cerro del Campanario demuestra la verdadera importancia que tienen en esta región.

Una tradición de naturaleza y fertilidad

Las raíces de la ceremonia se encuentran en la América prehispánica, por lo que su supervivencia hasta la actualidad representa casi un milagro, considerando que la mayoría de las danzas sagradas fueron prohibidas por los evangelizadores españoles a su llegada. Originalmente se concibió como una plegaria a las divinidades para hacer caer la lluvia sobre los cultivos en tiempos de sequía. Universal y ancestral, esta danza de la fertilidad está plagada de simbolismos.

En la época prehispánica, tan sólo seleccionar y cortar el tronco que se utilizaba para la ceremonia era todo un ritual, ejecutado con danza y música. Tenían que pedir perdón al bosque, hacer rezos y cargar el tronco de forma que nunca tocara el piso. La instalación era acompañada de ofrendas, entre las que se encontraba un guajolote; gracias a este sacrificio, la tierra recibía de los danzantes el don de las ofrendas y por eso no “comía” a uno de los voladores, provocando su caída o su muerte. El llamado tronco o palo volador mide más de 20 metros y contiene varias piezas: una pequeña base de madera, una cruz, un pivote al cual se le conoce como manzana; todos se unen y hacen posible el giro.

En el vuelo, cada uno de los “hombres pájaro” representa uno de los cuatro puntos cardinales; el caporal, aquel que toca el tambor y la flauta, es el centro de la Tierra. Los atuendos refieren al plumaje de las aves, y los listones de colores que cuelgan simbolizan el arcoíris que aparece después de la lluvia. El descenso es la precipitación misma ¿verdad que es hermoso?

Cada señal del caporal es una acrobacia que los voladores deben ejecutar de una forma específica. Todos deben girar 13 veces durante la caída, simulando descender por los 13, que multiplicado por los cuatro voladores es 52, el número de años del calendario Xiuhmolpilli.

Actualmente, el proceso es menos estricto, pues incluso se han dejado de emplear troncos de árboles como base; sin embargo, presenciar la belleza del ritual se torna más significativo cuando se conocen las metáforas directamente relacionadas con nuestras raíces, la fertilidad y los ciclos de la naturaleza. ¿Qué opinas acerca de esta tradición? ¿La has presenciado en vivo? ¡Cuéntanos en comentarios tu experiencia!

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