ÁRBOL DE LA VIDA: el universo en una colorida artesanía

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Las artesanías mexicanas se distinguen en el mundo por la vivacidad de sus colores, así como la complejidad de sus procesos de producción ¡basta con observar sus bordados y tejidos para darse cuenta de ello! Aunque, por supuesto, la creatividad abarca todo tipo de materiales, de ahí que lugares como el Pueblo Mágico de Tlaquepaque se especialicen en este tipo de trabajos.

Hoy, sin embargo, queremos mostrarte la belleza de los árboles de la vida, unas esculturas de barro llenas de color que deberías considerar tener en casa. Tradicionalmente se elaboran en las regiones montañosas del centro de México, y representan una fusión de elementos tanto prehispánicos como europeos, al igual que muchas otras cosas en nuestra cultura. Los colores y procesos artesanales provienen de los pueblos originarios, mientras que el trasfondo religioso fue brindado por los misioneros españoles. ¿Verdad que el resultado es precioso?

Quédate para descubrir todo acerca de esta artesanía mexicana, repleta de figuritas y matices.

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Un símbolo universal

El árbol de la vida es una idea presente en casi todas las mitologías del mundo. Su significado varía dependiendo de la cultura, pero a menudo se le relaciona con la inmortalidad o la fertilidad. En el cristianismo, por ejemplo, simboliza la Creación y la lucha entre el bien y el mal. Seguramente lo recuerdas: Adán y Eva desobedecieron a Dios al comer la fruta del árbol que representaba la inmortalidad o el conocimiento, y fue por ello que los expulsaron del Edén.

En Mesoamérica, por su parte, los árboles también tenían muchos significados. En la cultura maya, por lo menos, la ceiba era considerada el eje central del universo. Según el Popol Vuh, los dioses plantaron ceibas para marcar los cuatro puntos cardinales; sus ramas se unían al cielo, mientras que el tronco conectaba al mundo del hombre y las raíces al inframundo. Por ello es que tenemos leyendas en torno suyo, como la Xtabay de Yucatán.

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Belleza y tradición mexicanas

Tras la conquista en 1521, los misioneros españoles iniciaron un arduo proceso de evangelización. El árbol de la vida como artesanía fue una manera de enseñar la historia de la Creación: así, en los trabajos tradicionales aparecen Adán y Eva rodeados de animales, flores y frutos, mientras Dios los cuida desde arriba.

Para crear una de estas bellezas, los artesanos empiezan por mezclar el barro con plumilla, una fibra vegetal que se obtiene de la flor de tule. Tras amasar la arcilla, los alfareros forman la base del árbol y moldean cada una de las figuras que se colocarán en él. Todos los elementos de la escultura se elaboran de forma individual, por lo que acabar un solo árbol de la vida puede tomar semanas o incluso meses. ¿Te imaginas todo el trabajo que existe detrás?

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Poco a poco, estas esculturas de barro han ido modificándose, aumentando en tamaño y cambiando de temática. Aunque aún se producen árboles de la vida tradicionales, es más común encontrarlos con temas ajenos a la Biblia.

Si buscas uno, deberás hacerlo principalmente en tres zonas: Izúcar de Matamoros y Acatlán en Puebla, así como Metepec en el Estado de México. En la actualidad, existen cerca de 300 artesanos en Metepec que se dedican a la fabricación de estas complejas esculturas de barro, aunque cada vez es más difícil para ellos sobrevivir de este arduo y hermoso trabajo, debido a las falsificaciones nacionales y extranjeras. ¡Ayudemos a preservar la tradición!

Cuéntanos en la sección de comentarios: ¿ya tienes uno en casa? ¿Piensas adquirirlo? ¿Te gustaría trabajar uno con tus manos?

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