No es exagerado decir que, en muchos aspectos, lo mejor es recurrir a la sabiduría de nuestros antepasados. Ejemplo de ello es la gastronomía, pues la cocina azteca ha demostrado ser un ejemplo perfecto de sencillez, balance y salud. ¿Alguna vez te preguntaste que comían y por qué la mayoría tenían una buena figura?
Resulta que todos los ingredientes que nuestros ancestros usaban aún existen en la gastronomía mexicana actual; sin embargo, mucha de la herencia española también cuenta, por lo que volver a lo básico se hace imposible. No obstante, conocer su historia y platillos puede ser un buen comienzo para inspirarnos y hacer pequeños cambios muy saludables.
¡Quédate para saber!
Asunto de clases
La comida azteca obedecía a cierto ritual cotidiano. Según se documenta, no existía un desayuno como tal para la población común, pero sí para la realeza. Una vez aseados y vestidos, los nobles tomaban la primera comida del día, que a menudo consistía en tortillas de maíz recién hechas, frijoles, un mole, en ocasiones carne como pescado, y una jícara de chocolate; todo ello servido en recipientes de la preciosa cerámica roja de Cholula, que tanto gustaba a la élite azteca. Frecuentemente se preparaban tamales, que incluían yerba santa y achiote para sazonar.
El resto de la población ingería su primera comida hasta que desde el templo se anunciaba la segunda hora del día, alrededor del mediodía. Entonces los ministros del templo tocaban los caracoles, como una señal de que todos podían comer.
Los trabajadores más humildes bebían atole y comían tortillas con frijoles; otros preferían acudir a alguna fonda de las que había en la zona del mercado, donde, según Hernán Cortés, se podía comprar bebida y comida. Interesante ¿verdad?
Una alimentación envidiable
Comían semillas, plantas e insectos; poca carne –de conejos, liebres, venados, patos o guajolotes–, aunque mucha tortilla. Antes de volverse expertos agricultores, sus platillos incluían iguanas, serpientes, hormigas, tortugas, ranas y hasta huevos de mosca. Con el tiempo los aztecas agregaron a su dieta el pescado, así como leguminosas, frutas, verduras y tubérculos.
En sus mesas encontrabas frijol, tomate, amaranto, chía, semillas de girasol, nopal, cacao, chilacayotes, vainilla y desde entonces el indispensable chile, que se le ponía a todo. El guacamole ya se preparaba, pero con aguacate y maíz; también existían los tacos, los tamales, el pozole, variedad de salsas, chilaquiles y panes de amaranto. Pero, aún con todo esto, no creas que los aztecas comían demasiado. Su dieta era ligera debido a sus porciones.
Los cerdos, vacas, borregos y cabras fueron traídos a tierras aztecas por los europeos. De igual forma, quizás sepas que endulzar el cacao fue idea de los españoles, ya que antes se consumía solo. Lo dulce estaba en las frutas, como el plátano, la papaya, el mamey, la piña y las guanábanas. Además, los aztecas aprendieron a domesticar abejas para obtener miel, y también la extraían del maguey.
Por cierto, las bebidas embriagantes eran de uso exclusivo de la élite azteca; se reservaban para ceremonias y rituales, para las madres que se encontraran amamantando y los ancianos. Se preparaban con fermentados de maíz y miel, o licores a partir de cactus, plantas y frutas. Sólo aquellos que iban a ser sacrificados en los templos, podían consumirlas hasta emborracharse; de ahí en fuera, eran bebidas en moderación y de a traguitos. Eran bebidas sagradas que se llevaban como ofrenda o regalo.
Después de conocer todo esto ¿no se te antoja comer como azteca? ¡Cuéntanos qué piensas en la sección de comentarios!
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