¿Te gustaría vestirte de tigre y salir a corretear gente por las calles, atemorizando? Bueno, aunque suena a delirio psicópata, ¡tu oportunidad es ahora! Ocurre en Chilapa, Guerrero, y es mucho más divertido y colorido de lo que parece. Se trata de “La Tigrada”, una fiesta llena de tradición, orgullo e identidad, que se celebra cada 15 de agosto; incluye danzas, mezcal, música y ¡tigres! ¡Muchos tigres! Cientos de personas se disfrazan de felinos salvajes –con unas máscaras padrísimas– para llevar agradecer de forma especial a Tláloc, el dios nahua de la lluvia y la tierra, así como a la Virgen de la Asunción, por los favores recibidos durante el año. Es algo así como el cumpleaños de Tiger ¿te acuerdas? Pero más mexicano.
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Las manadas se pasean por las calles principales de la ciudad, mientras otra multitud, pero de niños y adolescentes, los provocan mediante burlas, para después huir despavoridos al ser perseguidos por los felinos. Éstos rugen, ladran –simón–, sueltan el chirrión, beben, bailan y anuncian buena cosecha de maíz, acompañados de mujeres vestidas de Acatecas y bandas de música. Es una fiesta de raíces prehispánicas, transformada por el sincretismo cultural entre dos mundos, que dibuja sonrisas en todo aquel que observa desde su puerta o ventana.
Este año comenzó desde antes, el 1 de agosto. Además, algunas mujeres adoptaron el disfraz, modernizando esta tradición reservada normalmente para los hombres. Qué bonito ¿no crees? Te contamos más al respecto aquí abajito.
Hijos de tigre pintito
Pero ¿por qué si son tigres, llevan motitas en vez de rayas? Bueno, esto nos remite al culto que los nativos profesaban al jaguar antes de la llegada de los españoles. Dicho gatote era asociado con la fertilidad, la lluvia, los terremotos y la valentía ¡sí señor! Pero ya sabes, con el paso de los años, la figura del jaguar fue mutando hasta confundirse con la del tigre, por lo que ahora sus varias manifestaciones reciben el nombre de este felino, aun cuando en el fondo subyace nuestro querido jaguar.
De hecho, uno de los elementos más llamativos de la vestimenta atigrada es la máscara de madera, decorada con espejos y colmillos parecidos a los del jabalí y el perro, casi alebrije. El canino era visto como un animal que estimulaba la acción del viento en la mitología prehispánica. Además, otro accesorio que porta cada tigre es una cadena metálica, cuyo sonido emula el del trueno como presagio de la lluvia. ¡Qué susto!
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¡Corran por sus vidas!
Lo bueno viene a la hora de la batalla, que se establece entre los tigres y los más jóvenes o los asistentes al desfile que se atreven a desafiarlos. Así comienza una persecución que resulta en la venganza del tigre, quien hace comer a su presa un picante chile verde. Por supuesto, bien puedes evitar el castigo, siendo lo suficientemente escurridizo como para no ser atrapado. Todo esto se desarrolla en un ambiente festivo. Culmina al anochecer, cuando todos asisten a una gran verbena popular en el centro de la ciudad, amenizada por grupos musicales y puestos de antojitos mexicanos.
Así que ya sabes, esta tradición en Chilapa es el pretexto perfecto para hacer tus sueños más salvajes realidad. Asiste a La Gran Tigrada guerrerense ¡miau! Digo, ¡roar!
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