Los Atlantes de Tula, auténticas maravillas en Hidalgo

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¿Has visitado el centro arqueológico de Tula, Hidalgo? Hace mucho, pero mucho tiempo; más precisamente en el año 713 d.C., este sitio fue un destacado asentamiento tolteca, una de las civilizaciones más importantes en la historia de México y Mesoamérica. En este increíble espacio tan lleno de historia, hoy en día llama la atención una maravilla en la cima de la Pirámide B.

Sí, nos referimos a esas gigantes esculturas mejor conocidas como los Atlantes de Tula, que miden más de 4 metros de altura y cuya función era sostener el techo de un templo ubicado en el centro de Tula: el de Tlahuizcalpantecuhtli.

Sin importar que hayan transcurrido más de mil años desde su edificación, los Atlantes de Tula siguen representando un misterio y un objeto inagotable de estudio para arqueólogos e historiadores. ¿Te llaman la atención? ¡Conoce con nosotros un poco más acerca de estas figuras tan enormes como fascinantes!

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Muestra de esplendor

Los toltecas florecieron como civilización entre los siglos X y XII, dejando un fascinante legado artístico y arquitectónico que se hace evidente en este lugar. Los Atlantes de Tula miden unos 4.6 metros de altura, y se ha especulado mucho acerca de lo que representan.

Por una parte, se cree que son guerreros, debido a que portan escudos, cascos y armamento que podría estar influido por la cultura teotihuacana. Sin embargo, parecen llevar también atuendos ceremoniales, que incluyen brazaletes, orejeras, musleras, taparrabos, sandalias y discos protectores en la espalda. Su pectoral posee la forma de una mariposa en llamas, que era la manera en que se representaba al dios del fuego, Xiuhtecuhtli.

No obstante, otros estudiosos piensan que se trata de varias esculturas de Quetzalcóatl como Estrella de la Mañana, pues esta época coincide con el inicio del culto a la deidad por parte de los toltecas. Hay quienes incluso teorizan acerca de que los atlantes eran los guardianes del centro ceremonial, o que pudieron basarse en personajes importantes de la sociedad tolteca, como algún gobernante o líder militar.

Como fuese, algo es cierto en torno a dichos gigantes: ellos simbolizaban el esplendor de la cultura tolteca, visible para todo aquel que se acercara al templo que sostenían. La expansión de su cultura no solo era un proyecto político, sino que también poseía tintes divinos, buscando irradiar la influencia de sus dioses.

Es fascinante pensarlo así ¿verdad? Porque estar frente a ellos impone… y mucho.

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Una incógnita sin resolver

A pesar de todos los variados estudios que se han realizado en torno a los Atlantes de Tula, aún existen varios misterios a su alrededor. Uno de ellos –pequeño detalle, sobre todo para el público general– es dónde se encuentran las esculturas originales… porque aquellas que encontrarás en la pirámide B son réplicas modernas. Sí. No obstante, se cree que los originales fueron trasladados al Museo Nacional de Antropología en la CDMX para su preservación.

Si decides lanzarte y visitar el centro arqueológico de Tula, planea bien tu viaje y recuerda disfrutar de este impresionante sitio, cuidándolo siempre para que se mantenga radiante por mucho, mucho tiempo más. ¿Ya lo visitaste? ¿Te gustaría ir? Dinos qué piensas en la sección de comentarios.

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