La zona arqueológica de Pino Suárez, tesoro olvidado

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En el hermoso caos de la CDMX, entre su ruido y su tránsito; en la inmensidad de sus calles, entre los mares de personas yendo y viniendo en todas direcciones, se encuentra oculto un tesoro prehispánico. ¿Lo más gracioso? Que está a la vista de todos. Lo hallarás en el transbordo de la Línea 1 y 2 en Pino Suárez. Es un pequeño y encantador templo en forma circular, considerado una de las zonas arqueológicas más visitadas y, al mismo tiempo, más misteriosas de la capital.

El templo a Ehécatl, dios del viento, podría pasar desapercibido a causa de la rutina, e incluso la gente tiene poca información respecto a él. Por eso, hoy nos detendremos a observarlo, y hablaremos sobre toda la historia y significados que esconde. ¡Verás que es una maravilla digna de apreciar!

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Fluye como el viento

Su edificación data probablemente de 1400 a 1521 d.C. y, aunque en la actualidad no existe otra estructura a su alrededor, debes saber que formó parte de un gran centro ceremonial que se localizaba sobre lo que hoy es la avenida José María Izazaga. Constaba de patios, escalinatas, celdas habitacionales, canales y diversos muros.

Una de las características más famosas y llamativas de esta pirámide es su base circular. Esto se explica porque varios templos dedicados al dios del viento tienen dicha forma. Para los mexicas y otras culturas mesoamericanas, Ehécatl era considerado una manifestación de Quetzalcóatl. Por eso, muchos templos o adoratorios en honor a esta figura llevan el nombre dual de Ehécatl-Quetzalcóatl. Fascinante ¿verdad?

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¿Y por qué en Pino Suárez?

Con todo, probablemente te preguntes qué hace ahí este valioso monumento. Sucede que, en 1967, la construcción de la línea del metro estuvo acompañada por varios hallazgos que generaron conflictos históricos y urbanos. Por una parte, el patrimonio debía resguardarse sí o sí; sin embargo, no podían frenar mucho el avance de las obras del metro.

Tristemente, la mayoría de esas estructuras se vieron muy afectadas por la construcción del metro; pero la pirámide de Ehécatl fue una excepción debido a su localización y a su estado de conservación. De hecho, solo ha pasado por un par de restauraciones importantes. En el 2009, fue reparada; se le hizo una limpieza general, se rellenaron hoyos y grietas, se mejoró la iluminación del espacio, se colocaron plantas e información a su alrededor. El segundo gran trabajo de rehabilitación estuvo listo a inicios de 2018.

En 2009, el INAH la nombró como la zona arqueológica más pequeña y más visitada de la CDMX. Por ella transitan alrededor de 54 millones de personas al año, entre 150 y 200 mil usuarios al día, muchos sin notarla. Por eso, la próxima vez que visites la gran capital, no te olvides de pasar a verla ¡seguro no te arrepentirás!

Coméntanos si ya la conocías, o si sabes algún dato sobre ella que no hayamos mencionado.

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