¿Qué sucedió con el penacho de Moctezuma?

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¿Qué pasó con el penacho de Moctezuma? Nos referimos al original, no a las réplicas que se exhiben en museos mexicanos. ¿Te lo has preguntado alguna vez? Desde que vamos a la primaria y nos hablan acerca de este personaje histórico, se nos describe como un hombre imponente que usaba un penacho igual de sorprendente: un tocado elaborado con metales preciosos y plumas de quetzal. La pregunta es ¿dónde está?

Verás, esta pieza prehispánica ha sido motivo de una larga disputa diplomática entre Austria y México. Además, mucho de lo que se narra en torno suyo no son más que mitos… ¿te gustaría saber más al respecto? Quédate, porque te contamos el chisme completo abajo.

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Para comenzar ¿en verdad era de Moctezuma?

La respuesta es: no.

El penacho cuenta con más de 200 plumas de cuatro diferentes especies de aves engarzadas en oro, y mide 1.16 m de altura por 1.75 m de diámetro. A pesar de su magnificencia, el tocado al parecer no pertenecía exclusivamente a Moctezuma. Resulta que los tlatoanis no utilizaban penachos como un distintivo de jerarquía, sino diademas de oro, por lo que es posible que la pieza fuera de uso ceremonial, ocupada por sacerdotes durante rituales religiosos.

Así, no tenemos ni siquiera la certeza de que Moctezuma lo haya usado una sola vez en la vida. Si lo reflexionamos bien, la idea que tenemos acerca de un rey con su corona surge tras la llegada de los españoles, pero no necesariamente coincide con la del penacho de un tlatoani.

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Bueno, pero ¿esta reliquia fue robada?

De nueva cuenta, la respuesta es negativa.

Para el siglo XVI, México representaba un conjunto de pueblos. Moctezuma, que era su principal tlatoani, hizo varios obsequios a Hernán Cortés cuando éste llegó, como una forma de establecer relaciones. Entre los regalos estuvo el penacho, y ahí empezó su ruta a Viena, Austria: Cortés lo envió junto con un centenar más de regalos al rey Carlos I de España y V de Alemania en un navío, pero el barco fue saqueado por piratas. Desde entonces, el precioso tocado ha cambiado de propietario en varias ocasiones. Como era considerado un objeto “exótico”, eruditos y miembros de la realeza lo buscaban para incluirlo en sus colecciones.

No fue hasta 1878 que el naturista Ferdinand von Hochstetter encontró el penacho dentro de la colección propiedad del archiduque Fernando II de Habsburgo y decidió restaurarlo. Con el tiempo, llegó al Museo de Historia de Arte de Viena.

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¿Y por qué no ha regresado a México?

Para el año 2011, la directora general del MEV, Sabine Haag, confirmó que negociaba con autoridades mexicanas el préstamo temporal del penacho a cambio de la carroza de Maximiliano. Además, Austria estuvo a favor de regresar incondicionalmente la pieza a México, no sólo como préstamo, sino como un tributo a que fue la única nación que no reconoció la anexión de Austria por la Alemania nazi en 1938.

Sin embargo, tras examinar el estado físico del penacho, se llegó a la conclusión de que no sería posible transportarlo sin ocasionarle un deterioro irreversible. Qué triste ¿verdad? Pero no todo es malo. Verás, el penacho es considerado una de las piezas más importante del museo, y es visitado por miles de turistas mexicanos y extranjeros cada año. Esto contribuye a que nuestra historia se difunda en el mundo.

Para nuestro consuelo, existe una réplica suya en el Museo de Antropología de la Ciudad de México, realizada en 1940 por el artista Francisco Moctezuma, quien se basó en fotografías del precioso penacho, pues le fue imposible tener acceso al tocado original.

¿Qué opinas al respecto? ¿Has visitado la réplica? ¿Te gustaría ver el original? ¿Conocías esta curiosa historia? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!

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