¿Existe un lugar en México que celebre el amor más que Guanajuato? ¡Imposible! Pues representa un escenario emblemático en la cultura general del país. En él se desarrolla una historia de amor única: nos referimos al Callejón del Beso, su leyenda, y todo lo que simboliza.
Seguramente has escuchado hablar mucho acerca de este atractivo turístico, pero por si ya olvidaste los detalles, te refrescamos la memoria: el nombre de esta calle –compuesta por dos casas pintadas de rojo y naranja–, se debe a que sus paredes son muy estrechas, de forma que sus balcones se encuentran a menos de un metro de distancia. Esto permite platicar a dos personas de terraza a terraza, motivo por el que nació la historia de amor que lo volvió famoso.
Existen miles de fotos en el Callejón del Beso, protagonizadas por enamorados que se colocan en él y juntan sus labios, guardando por siempre una hermosa memoria. En conclusión, es una parada obligada para todos los que viajan con su pareja a Guanajuato, pero ¿a qué se debe su popularidad? ¿Recuerdas su leyenda? Este 14 de febrero, te la contamos.
La historia de dos balcones
Hace algunos siglos, vivió una jovencita llamada Carmen, quien por desgracia era la única hija de un hombre muy celoso, estricto y violento. Él la mantenía encerrada en casa para que no conociera a ningún muchacho; planeaba casarla con un hacendado adinerado, o bien que permaneciera soltera para cuidarlo en su vejez. Ellos vivían en el callejón, creyendo el padre que en un sitio tan apretado ningún galán “pobretón” se fijaría en Carmen; en especial un minero, un tipo de trabajador que despreciaba por su oficio. ¡Grave error!
La joven pronto conoció a Don Carlos, justamente un humilde minero, que acudía con frecuencia a la iglesia cercana al callejón, donde ambos se encontraban. Sin embargo, un día fueron descubiertos por su padre, quien sin pensarlo mucho la encerró con llave y la amenazó con enviarla a un convento. En aquella época, la mayoría de las doncellas tenían una dama de compañía, así que Carmen le pidió a la suya que llevara una carta a Don Carlos, en la cual le advertía sobre los planes de su padre.
El enamorado entonces pensó en cómo solucionar este problema. Caminando por la calle notó que una de las ventanas de la casa de Carmen daba a un angosto callejón. Era tan estrecho, que con sólo asomarse y estirarse un poco podía tocar la pared de la casa de enfrente. Si él lograba entrar a esa vivienda, bien podría hablar con su amada desde los balcones y vivir su romance a pesar de las adversidades. Sin perder el tiempo, averiguó quién era el dueño de la casa, juntó sus ahorros y la compró, a pesar de que en ello se le iba todo lo que tenía. Así, aún encerrada y sin que su padre lo supiera, Carmen y Don Carlos pasaban largas noches platicando en los balcones, por fin juntos.
No obstante, como toda historia dramática de amor, su relación no terminó bien.
Una noche, el padre escuchó sus murmullos, y al entrar al cuarto, vio a la pareja dándose un tierno beso. La ira lo enloqueció; violento como era, tomó una daga que, entre forcejeos y golpes, clavó en el pecho de su hija, pues prefería verla muerta que con Don Carlos. Éste enmudeció de espanto, y sólo alcanzó a dejar en las manos de su amada un beso final.
Es una historia muy triste ¿verdad?
Un ícono mexicano
La tradición indica que, si una pareja visita El Callejón del Beso en Guanajuato, y se da un beso justo en su tercer escalón, tendrá felicidad asegurada durante siete largos años. Quien no lo haga, en cambio, vivirá la misma cantidad de tiempo con muy mala suerte. Si eres soltero, no te preocupes, pues no caerá ninguna maldición sobre ti… ¿pero no se antoja más ir acompañado?
Como sea, por desgracia este 14 de febrero no será posible visitarlo, pues se encuentra cerrado hasta nuevo aviso. Esto tras una pelea acontecida en el callejón, entre dos fotógrafos y un familiar de los propietarios de los balcones. Qué mal ¿no crees? ¿Qué opinas sobre todo esto? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!
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