¡Ah! No hay nada como aventarse a los dulces que caen de una piñata, y ser víctima de pisotones, golpes, jalones, e incluso aplastamiento, porque la recompensa vale la pena. Quebrar una piñata mexicana representa una tradición divertidísima que, aunque podemos realizar en nuestro cumpleaños, a menudo se disfruta durante el mes de diciembre, en el marco de las posadas.
Por algo, bien se dice que la flor de nochebuena –lee su leyenda aquí– y las piñatas son símbolos navideños 100% hechos en México. Sin embargo ¿conoces el origen chino de estos artefactos multicolor y lo que representan? ¡Te lo contamos a continuación!
Nace una estrella
Las raíces de nuestra amada piñata se remontan al libro Los viajes de Marco Polo, publicado en el año 1298 ¡imagina su antigüedad! En él, este famoso mercader y viajero, narró su encuentro con un objeto multicolor, que lucía sus tonalidades más brillantes durante la celebración del Año Nuevo en China. Quedó tan fascinado con esta idea, que decidió introducirla en su natal Italia para la época de cuaresma, por lo que pronto su uso se extendió a España, y con ello dio el salto a México. Nosotros nos lo apropiamos a nuestra manera, y con el tiempo se convirtió en uno de los símbolos más tradicionales; algo así como el papel picado.
Aunque la anterior es la versión más conocida y aceptada, existe otra teoría. Historiadores cuentan que los mayas realizaban un juego de pelota tradicional, que consistía en llenar con cacao una olla de barro. Después, ellos la colgaban y rompían con los ojos vendados en fechas esenciales, para venerar u honrar a sus dioses. Suena muy similar ¿verdad?
De hecho, las primeras piñatas eran elaboradas con barro, pero para evitar accidentes con los niños, en la actualidad se fabrican en su mayoría con cartón, o con una estructura de alambre y papel maché. A fin de cuentas, no importa el material con que sean manufacturadas, pues siempre que tengan siete picos y su forma sea similar a una estrella, mantendrán su significado.
¿Sabes a qué nos referimos?
Una antigua metáfora
La piñata clásica es una estrella de siete puntas, siendo que cada una de éstas simboliza uno de los siete pecados capitales; se le adorna con papel de China súper colorido para hacerla más vistosa, y representar así los placeres superfluos. Golpear la piñata hasta romperla simboliza la lucha del bien contra el mal; vendarse los ojos es la fe, creer ciegamente en algo, mientras que los gritos de la gente son la guía que nos conduce hacia la luz. Los dulces y frutas, representan los bienes obtenidos al preferir la virtud por encima del vicio.
Hoy en día, sería difícil imaginar las posadas sin una piñata. Incluso en celebraciones laicas, aparece como un juego para unir a la familia y los amigos. No sólo es parte importante de la identidad nacional, sino que constituye el sustento de miles de artesanos que en estas fechas se esfuerzan por darnos lo mejor.
¿Tú qué piensas? ¿Te gustan las piñatas? ¿Conocías todo su simbolismo? ¿Prefieres los dulces actuales, o el clásico relleno de tejocote, jícama, lima, caña de azúcar, mandarina y cacahuates? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!
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