¿Tomaste algunos tragos de más? Entonces es muy probable que el espíritu de 400 conejos proceda a poseerte en cuerpo y alma… o al menos eso es lo que dirían los antiguos mexicas, creencia que les permitía explicar por qué cada víctima del mezcal actuaba –y continúa haciéndolo– de manera distinta bajo sus efectos. Pero ¿por qué precisamente conejos y no otro animal? ¿Y en qué se vinculan con bebidas como el mezcal o el pulque? A continuación, te contamos un poco acerca de su importancia tanto en nuestra riquísima gastronomía, como en la cultura.
Los 400 conejos de nuestro interior
Las deliciosas bebidas a base de agave que hoy en día disfrutamos a lo largo y ancho de la República, encuentran su origen en el culto mesoamericano. Resulta que, en épocas prehispánicas, estos destilados se consumían durante ceremonias religiosas dedicadas a estratos altos de la sociedad. Se creía que únicamente los sacerdotes podían establecer comunicación directa con los dioses por medio de la alteración de la conciencia, es decir, aquel estado obtenido tras la ingesta de bebidas embriagantes.
De manera colectiva, a las divinidades del alcohol se les llamaba Centzon-Totochtin, “400 Conejos”, ya que dicho número simbolizaba lo incontable o lo incalculable. Todos eran hijos de la diosa del maguey Mayahuel, quien concibió a cada uno de ellos con su propia personalidad y los alimentó con sus 400 pechos; eran símbolos de la fertilidad, y representaban un nivel de fermentación y estado de enajenamiento diferente. De esta forma, se decía que el espíritu de 400 Conejos se apoderaba del cuerpo de quien tomaba mezcal, y que su comportamiento dependería del conejo que predominaba en su interior; así encontramos al conejo triste, el que canta, el que baila, se pelea, llora o se torna cariñoso, entre una infinidad más.
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Mayahuel y sus hijos: deidades de la fertilidad, el agave y la luna
En el México antiguo el maguey era considerado sagrado, puesto que el aguamiel que brota de su centro se extrae, rico en nutrientes y que al fermentarse produce lo que conocemos como pulque y mezcal. Era tanta su importancia, que fue personificado como una diosa llamada Mayahuel, a quien además se le atribuían los conocimientos para succionar el agave y así obtener el ya mencionado líquido divino. Sin embargo, los mexicas estaban conscientes de que era necesario sacrificar la vida del maguey durante este proceso, por lo que el aguamiel fue relacionado con otros líquidos venerados como la sangre, el semen, la leche materna y el agua.
Por otra parte, algunas culturas prehispánicas consideraban al conejo como una criatura sexualmente desinhibida y muy prolífica, actitudes que los seres humanos suelen adoptar en estado de ebriedad. También descubrieron su silueta en la luna, astro cuyo influjo sobre el agua ya sabían que era muy poderoso para la vida en la Tierra. Así, decidieron basarse en las fases lunares para conocer el momento indicado para extraer el aguamiel; hoy en día, se sigue tomando en cuenta este conocimiento para el cultivo del maguey y la producción de bebidas como el pulque y el mezcal.
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Majestuoso mezcal, el alma del maguey
Aunque ahora sabemos de dónde proviene el nombre del famoso mezcal 400 Conejos, en términos históricos, el origen de la bebida continúa representando un misterio que oscila en el cruce del alambique árabe, las prácticas indígenas de América, los sabores y métodos europeos.
Se produce con múltiples agaves, de los cuales 14 especies son las más comunes. El proceso de elaboración abarca las mismas cuatro fases que el tequila: cocción del agave, maceración o molienda, fermentación, y destilación. Dependerá de la región y aspectos socioculturales, el que se utilicen ciertas especies de agave, e incluso la organización para manejar las plantas. Aunque son nueve los estados de la República en que más se produce el mezcal –Oaxaca, Zacatecas, Michoacán, Guerrero, Durango, Puebla, San Luis Potosí y Tamaulipas–, al interior pueden detectarse más de nueve regiones con características particulares en la forma de prepararlo.
Cuando el destilado más antiguo de México recorra tu garganta, tu boca se sentirá en llamas, para después irse desplegando en notas herbales, frutales o ahumadas. Es una maravilla mexicana que no podemos dejar de probar. ¿Lo has tomado? Ahora que lo sabes, la próxima vez que bebas mezcal podrás responder a la incógnita… ¿cuál de los 400 conejos te domina?
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